Cada quince días, a partir de hoy, escribiré la revisión a un libro de economía, finanzas personales, inversiones, bienes raíces, o alguna biografía. Espero sus comentarios.
Este artículo comienza con una curiosa pregunta, y para mi asombro y el de Ustedes, es parte de la historia detrás de un libro de Economía. Para aquellos que piensen que los libros de economía son más emocionantes que ponerse a ver cómo te crecen las uñas de los pies, Freakonomics: Un economista politicamente incorrecto explora el lado oculto de lo que nos afecta, de Steven D. Levitt y Stephen J. Dubner, es un libro que me ha dejado asombrado. No solo porque el libro en realidad es bueno, sino por la forma en que estos dos seres enfrentan al mundo con sus preguntas inocentes, pero llenas de datos estadísticos.
Freakonomics es un libro fácil de leer, hasta para personas que no están acostumbradas a leer libros “Serios”. Levitt, un graduado de Harvard con Ph.D. en MIT, describió una manera sutil de entrelazar historias a través de preguntas muy simples, sacadas de su propia vida, como por ejemplo ¿Qué tienen en común las maestras de Chicago y los Agentes de Bienes Raíces? O, ¿Por qué los narcotraficantes de crack en Chicago viven en casa de sus madres todavía? El ataca estas preguntas con análisis directos que generar pensamientos de gran sabiduría en su cabeza. Freakonomics te va a dar mucho que pensar y te aseguro como yo, que no vas a ver al mundo del mismo modo y te van a salir preguntas que nunca antes te habías hecho.
El libro se basa en un artículo del New York Times, donde su compañero de fórmula Stephen J. Dubner, un periodista del NYT, le asignaron escribir un artículo sobre el perfil de Levitt. Definitivamente Freakonomics tiene buenas preguntas, es ligero al leer, y te va a dar muchos motivos para pensar más y más en las respuestas. Lo bueno del libro reposa no en las respuestas que ofrece a muchas preguntas, sino en la revelación de que las respuestas existen y pueden ser descubierta sólo si se hacen las preguntas correctas.
Lo que no me gustó del libro fue la poca metodología con la que Levitt encontró estas respuestas. Hay que destacar que para alguien que estaba buscando la “claridad a final del túnel” en temas económicos, el razonamiento de Levitt no me inspiró mucho amor por la economía; en cambio, me generó el deseo de hacerme preguntas y de tratar de responderlas de manera ortodoxa.
He aquí un ejemplo tomado del libro:
Otros indicadores de descenso del crimen son deshojados y desenmascarados, por lo que el argumento tiene solidez. Lo malo para Levitt es que creó tanta controversia que hasta tuvo amenazas de muerte de organizaciones contra el aborto. Yo he comprado la nueva edición, que trae el articulo original, las columnas Freakonomics en el New York Times, y extractos de su blog
Ese es solo parte del libro. Recuerda que la manera más económica para leer este libro es: si lo pides prestado a alguien que lo tenga (yo he prestado el mío, lo siento) , lo compras usado o compras nuevo en Amazon.
Espero me comentes que te pareció el libro y que preguntas te gustaron mas.
Próximo Libro: The Secrets of Self-Made Millionares, por Adam-Khoo.
Este artículo comienza con una curiosa pregunta, y para mi asombro y el de Ustedes, es parte de la historia detrás de un libro de Economía. Para aquellos que piensen que los libros de economía son más emocionantes que ponerse a ver cómo te crecen las uñas de los pies, Freakonomics: Un economista politicamente incorrecto explora el lado oculto de lo que nos afecta, de Steven D. Levitt y Stephen J. Dubner, es un libro que me ha dejado asombrado. No solo porque el libro en realidad es bueno, sino por la forma en que estos dos seres enfrentan al mundo con sus preguntas inocentes, pero llenas de datos estadísticos.
El libro se basa en un artículo del New York Times, donde su compañero de fórmula Stephen J. Dubner, un periodista del NYT, le asignaron escribir un artículo sobre el perfil de Levitt. Definitivamente Freakonomics tiene buenas preguntas, es ligero al leer, y te va a dar muchos motivos para pensar más y más en las respuestas. Lo bueno del libro reposa no en las respuestas que ofrece a muchas preguntas, sino en la revelación de que las respuestas existen y pueden ser descubierta sólo si se hacen las preguntas correctas.
Lo que no me gustó del libro fue la poca metodología con la que Levitt encontró estas respuestas. Hay que destacar que para alguien que estaba buscando la “claridad a final del túnel” en temas económicos, el razonamiento de Levitt no me inspiró mucho amor por la economía; en cambio, me generó el deseo de hacerme preguntas y de tratar de responderlas de manera ortodoxa.
He aquí un ejemplo tomado del libro:
“A principios de 1990 hubo en descenso en la cantidad de crímenes cometidos en Estados Unidos; mucha gente lo atribuyó a: mayor número de agentes policiales, leyes más estrictas para posesión de armas, el plan Bratton (…) la verdadera razón fue la legalización del aborto en 1973 por la Corte Suprema de Justicia (…) esta ley permitió que mujeres que no querían a sus hijos pudieran abortar (…) la gran mayoría de esos niños hubieran crecido en familias destruidas, bajo un ambiente de maltratos o de poca atención, y se hubieran podido convertir en los criminales del futuro… lo cual se hizo realidad cuando los nacidos en esa época se convierten en adultos jóvenes en… 1990” (mi traducción)
Otros indicadores de descenso del crimen son deshojados y desenmascarados, por lo que el argumento tiene solidez. Lo malo para Levitt es que creó tanta controversia que hasta tuvo amenazas de muerte de organizaciones contra el aborto. Yo he comprado la nueva edición, que trae el articulo original, las columnas Freakonomics en el New York Times, y extractos de su blog
Ese es solo parte del libro. Recuerda que la manera más económica para leer este libro es: si lo pides prestado a alguien que lo tenga (yo he prestado el mío, lo siento) , lo compras usado o compras nuevo en Amazon.
Espero me comentes que te pareció el libro y que preguntas te gustaron mas.
Próximo Libro: The Secrets of Self-Made Millionares, por Adam-Khoo.